miércoles, 26 de diciembre de 2007

TUMÁN (PARTE V)

Era patente que la Reforma Agraria – necesaria e ineludible – no trajo consigo los logros esperados, todo lo contrario, convirtió a los trabajadores explotados en nuevos ricos, caracterizados por el despilfarro, la holgazanería, la viveza criolla, la corrupción y los excesos.

La posterior transformación de Cooperativa a Empresa tampoco hizo el cambio necesario. Encontrada con una serie de fenómenos sociales cada vez más notorios, el concepto de accionista y empresa no iba más allá de la terminología, que desde luego halagaba a los socios, pues vivían de la ostentación y los créditos de imagen. Tumán se hacía más mixta en el tipo de personas, del mismo modo en sus actividades. Pero los fenómenos de su mala educación se impregnaban con facilidad en cada nuevo inquilino. Las borracheras, el machismo, la drogadicción y la irresponsable y riesgosa promiscuidad sexual eran y siguen siendo asignaturas aprendidas y practicadas en los jóvenes estudiantes.

El colegio Túpac Amaru, lejos de ser el bastión del progreso y la decencia, era un anexo más de la empresa, con sus sistemas políticos y de interés. Nada pedagógicos desde luego, ya que la Coordinadora de Asuntos Educativos de la empresa se servía de compadrazgos, amiguismos y formulismos para el acomodo y el interés personal. Era como el Perú y su Ministerio de Educación, pero más chiquito. Las rivalidades de pensamiento e intereses era el común denominador entre los maestros, y se generaba un descontento parcial al grado de querer desprenderse de la empresa para convertirse en un colegio estatal controlado por el gobierno. La otra parte se aferraba al ingenio y su directorio, el que nunca hizo mejoras sustanciales en la instrucción primaria y secundaria. La implementación del Plan Piloto de Bachillerato se convirtió en una afrenta para muchos docentes, e incitaba con mayor fuerza al recelo y división, a pesar de que luego de pocos años se cancelara. No cabe la menor duda que el colegio Túpac Amaru, aquella imponente edificación que se ve al llegar a Tumán es como una abominable bestia apocalíptica de la educación tumaneña: formidable en imagen pero cargada de repulsivos esputos de hechizo, blasfemia, lujuria y repugnantes plagas mortíferas en la comunidad y sus educandos.

Era imposible ver que el desarrollo educativo de Tumán ha ido siempre de la mano con su evolución socio económico. El directorio de la empresa seguía siendo el grupo de poder, uno que quizás fue poco entendido por la gran mayoría de tumaneños, así como sucede con los gobiernos del país: que una empresa de accionariado difundido pertenece a todos sus socios, de modo que entrar en corruptela es robarse a sí mismo. Pero esto no era problema para quienes la conformaban, pues salían de paso luego de extraer del verdadero y empalagoso dulce que producía Tumán: gente degenerada en valores y ética, la que por extensión se amplificaba a toda la comunidad. Las instituciones educativas no se libraban de eso, al contrario eran las que más muestras de ese desprestigio manifestaban.

Mi trabajo con los jóvenes tumaneños me fue muy útil para comprender más la idiosincrasia de Tumán. Era patente el letargo, la apatía hacia el desarrollo. Sus vidas no tenían más horizonte que el hoy, ya que del mañana se encargaría la empresa. Para qué estudiar la carrera de educación, donde un profesor gana setecientos soles, cuando sus padres acomodados ganaban mil quinientos soles como cortadores de caña? La instrucción y la academia no eran vistas con tan buenos ojos por los jóvenes, salvo excepciones. La otra parte de la juventud le deba crédito sólo para un fin similar: la representación, la titulación y la imagen que le proporcionaría una carrera profesional. Una encuesta que hice a un grupo de jóvenes revela esa apatía manifiesta en algunos y furtiva en otros. Del mismo modo muestra una mixtura singular para con el directorio de Tumán: una atracción por aquellos cargos y un repudio a quienes lo tienen. Reconocen que Tumán no ha prosperado, y sólo los que ven con optimismo su futuro piensan en Chiclayo u otra ciudad o país para emprenderlo.

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